Tras la puerta del poder

Roberto Vizcaíno

El presidente Andrés Manuel López Obrador estaba ayer super feliz.

Con el refinanciamiento de un fondo de deuda de Pemex con tres de las más grandes instituciones financieras del mundo, no sólo se allegaba 8 mil millones de dólares que puede prácticamente aplicar dónde quiera, sino que daba un golpe directo a sus críticos que son muchos y también muy poderosos dentro y fuera, que advierten que la economía de México va mal y que raya ya en la recesión.

Pero sobre todo le permitía aclarar a otros, como The Economist, publicación que en su última edición lo coloca al lado de los populistas totalitarios del continente -ya sabe usted: Nicolás Maduro, Evo Morales, Daniel Ortega, Jair Messias Bolsonaro, etc-, que él no va para allá por más que lo parezca:

“Sí… no vamos a estar respondiendo a todos los cuestionamientos, estamos construyendo una auténtica democracia, no una dictadura”, la frase surgió natural en una de sus respuestas.

Y aceptó que también este refinanciamiento firmado con HSBC, JP Morgan y Mizuho Security era en sí una respuesta para quienes prediden desastres económicos para el México gobernado por él.

“Sí, es una forma de responderles de que no tienen la razón y que están distorsionando la realidad… por eso subrayó que es muy importante que estos tres bancos, que seguramente tienen información, nos estén dando su confianza. Es un buen mensaje para reafirmar que Pemex es una empresa productiva fundamental, que vamos a fortalecer esta empresa, que se va a producir más, que vamos a obtener más beneficios para la nación y que va a haber crecimiento económico, generación de empleos y que vamos a crecer en el sexenio a una tasa promedio del 4 por ciento. Es el desafío. Entonces, eso es lo que estamos también diciéndoles”, indicó casi con apuro, con un énfasis que busca convencer a sus críticos.

Fuera de eso, todo lo demás fueron pronunciamientos alrededor de esos ejes.

López Obrador explicó así esta firma:

“Este es un fondo que se va a utilizar si es necesario, de acuerdo a las circunstancias, como se dice coloquialmente, por si las moscas”.

Y agregó:

“… esto demuestra la confianza que hay en México y en su gobierno… el que los bancos nos estén dando su confianza, lo cual agradecemos mucho porque a pesar de la desinformación, de la manipulación, de querer sembrar la percepción de que no va bien la economía, de que hay una enorme deuda en Pemex, inmanejable, a pesar de eso, quienes tienen información verdadera saben que la economía va bien, que la deuda de Pemex es manejable… agradeciendo mucho a los bancos que tomaron la iniciativa de darnos su apoyo, de darnos su confianza y van a ser correspondidos”.

El mensaje es claro, aquí amor y respaldo se paga con muchos dólares ¿no?

Y a pesar de que López Obrador, Marcelo Ebrard y Carlos Urzúa insistieron en que esta firma no aumenta la deuda de Pemex, los ejecutivos de los bancos dijeron lo contrario.

Nuno Matos De Macedo, CEO de HSBC MÉXICO dijo:

“Este nuevo crédito sindicado a un plazo de cinco años y por ocho mil millones de dólares es una muestra de la confianza que tiene HSBC en Pemex, en México y en su actual administración”.

Felipe García-Moreno Rodríguez, presidente y director general de J.P. MORGAN MÉXICO, agregó:

“Nos da mucho gusto ser parte de este crédito, que será el más grande en la historia de Pemex, y así seguir apoyando a Pemex y a México para promover la inversión, el empleo y el crecimiento en nuestro país”.

Y para cerrar Jerry Rizzieri, CEO y presidente de Mizuho Securities, concluyó:

“Nosotros nos unimos a HSBC y JP Morgan para participar en esta muy importante transacción para Pemex y para México”.

Ya los dos anteriores había dejado claro que este era un nuevo crédito, es decir, deuda.

MIENTRAS, DESDE EL SENADO

Y luego de que López Obrador concluyó su firma en Palacio, en el Senado Ricardo Monreal recibía a otra de las partes que generan confianza en las cuestiones económicas del país.

El coordinador de los senadores de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política, se reunía con 130 integrantes del Consejo Coordinador Empresarial que preside Carlos Salazar Lomelín.

Y de paso con los dirigentes de las 12 cámaras que integran al CCE.

Ahí, en jun diálogo abierto con esta parte de la iniciativa privada mexicana, Monreal destacó que los senadores siempre serán interlocutores de buena fe con los sectores económico y empresarial del país.

Queremos, les dijo, generar confianza, estabilidad y asegurar que el Estado de Derecho está por encima de todo y que se va a observar, como nunca, junto con el Presidente de la República.

“Queremos construir puentes de entendimiento con el empresariado mexicano. Estos son los primeros pasos para establecer un mecanismo institucional de comunicación, como es el parlamento abierto”, indicó.

Reveló a sus interlocutores que ya acordó con sus homólogos de los Grupos Parlamentarios en la Cámara Alta, la realización de un segundo periodo extraordinario de sesiones para analizar y, eventualmente aprobar, grandes temas pendientes como:

– La Revocación de Mandato, la Consulta Popular y la Ley de Austeridad Republicana, que son minutas provenientes de la Cámara de Diputados, para lo cual se tomarán en cuenta sus propuestas.

Monreal ofreció al empresariado nacional que “van a tener no sólo voz, sino el ofrecimiento de que los acuerdos sean vinculantes, ese es el propósito. Es decir, no sólo escucharlos sino que puedan incorporarse algunas de las propuestas que les preocupan y que a nosotros nos parecen atendibles y que se pueden expresar”.

También, dijo, se va a escuchar a los obreros, académicos, expertos y especialistas en materia laboral, para avanzar de manera significativa en los temas que les preocupen, pero, sobre todo, será a través del sistema de Parlamento Abierto.

Los empresarios plantearon a su vez  un decálogo de reformas y que el zacatecano se comprometió a analizarlas en entre los meses julio-agosto, mediante el esquema de parlamento abierto para que ahí confluyan todas las cámaras, los inversionistas y las centrales obreras, con

LES SALIÓ BARATO

Poco a poco Manlio Fabio Beltrones y Luis Videgaray… y también César Duarte se alejan de un juicio por peculado en Chihuahua

Esto porque el Tribunal de Enjuiciamiento, dictó hace unos días sentencia de 3 años al exsecretario general del PRI, Alejandro Gutiérrez, conocido como La Coneja, por el delito de peculado de 1.7 millones de pesos.

¿Se acuerda Usted de qué se trata? ¿no? Bueno al llegar el panista Javier Corral a la gubernatura del estado y en un  proceso judicial abierto desde antes el exsecretario de Hacienda del Estado hizo un trato con la fiscalía local y denunció un supuesto contubernio entre el gobernador anterior, el huidizo César Duarte, con el entonces secretario de Hacienda Luis Videgaray y con el entonces presidente del PRI, Manlio Fabio Beltrones para usar 300 millones de pesos en las elecciones locales de aquel tiempo en favor de los candidatos del tricolor.

Según la trama, Gutiérrez fue el encargado de retirar el dinero de la hacienda estatal, mediante contratos de empresas fantasmas, y desviarlos a las campañas.

Durante ya un par de años Gutiérrez ha sufrido cárcel y un proceso no exento de muchas argucias y tortura en las que ha participado directamente el gobernador Corral.

Al final Corral sólo logró una sentencia de 3 años para Gutiérrez y dejar en el olvido a todos los demás supuestos implicados. Es decir, les salió barato a Beltrones, Videgaray y el sucio de Duarte.

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