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Polución, el paquidermo ambiental

Polución, el paquidermo ambiental

HÉCTOR SAÚL TÉLLEZ En las grandes ciudades del mundo, hay un agente incómodo que día a día genera problemas de salud, alteraciones cotidianas de las labores de la población y

  • Publishedmayo 22, 2019

HÉCTOR SAÚL TÉLLEZ

En las grandes ciudades del mundo, hay un agente incómodo que día a día genera problemas de salud, alteraciones cotidianas de las labores de la población y dolor de cabeza a las autoridades, un problema que parece agravarse si no hay una adecuada atención por parte de todos.

Centrándonos en nuestra Ciudad, aún está en nuestras mentes la crisis provocada por el deterioro de la calidad del aire durante el año 2016. Desde esa crisis ambiental las administraciones de la CDMX poco o nada han hecho por mejorar la calidad del aire y para muestra es que, en el año 2018, hubo tan solo 15 días con buena calidad, en 2017 se contabilizaron 21 días y en 2016 solamente 17, de acuerdo a datos oficiales de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe).

Para los primeros 5 meses de este año, únicamente se han tenido 8 días con buena calidad del aire, en el mes de enero se tuvieron 2 días, en febrero igualmente 2 días, marzo por igual 2 días, en abril únicamente 1 y al corte al 12 de mayo, tan solo se ha contado con 1 día en buena calidad.

Después de 3 años, nos volvemos a encontrar en días críticos en materia ambiental, en esta ocasión con la combinación de diversos factores y un nuevo integrante hasta ahora un tanto desconocido, las llamadas partículas PM 2.5, lo que provocó la alerta ambiental, al grado de que el sitio de Worldwide Air Quality señalará a México dentro de los 3 países con la peor calidad de aire en sus ciudades, tan solo por detrás de China e India.

Para todos es conocido que desde el viernes 10 de mayo comenzó a percibirse el olor a humo en algunas alcaldías, fue hasta el sábado que se estableció la reunión permanente de la Comisión Ambiental de la Megalópolis, pero ante la falta de un protocolo para atender la emergencia por PM 2.5, fue hasta el domingo cuando tan sólo se emitió una alerta ambiental en el Valle de México.

El problema explotó para el día 13 de mayo, la masa de polución cubría con su manto gris a toda la CDMX, el problema le explotaba en las manos al gobierno de la CDMX y los ciudadanos padecían las consecuencias, la jefa de gobierno dentro de la confusión se limitó a repartir culpas y aceptar que no existía un programa de contingencia contra las partículas PM 2.5.

Por otra parte, habría que recordar que el pasado 1 de julio de 2016, en el marco de la gran crisis ambiental, las autoridades echaron a andar un sistema de verificación que incluía la medición de las emisiones de partículas finas, la revisión de las condiciones físico-mecánicas de los automóviles y la verificación de diagnóstico a bordo (OBD), que mide a través de la computadora del automóvil los contaminantes críticos, pero tras la llegada del nuevo gobierno, encabezado por Claudia Sheinbaum, solo se aplica la prueba OBD, lo que podría estar desencadenando que miles de automóviles puedan circular, pues los que tenían holograma 1 ahora tienen oportunidad de acceder a la 0.

Lo anterior ha generado una ola de procesos administrativos en contra de dicha disposición, y el revés para Sheinbaum llegó el pasado 14 de mayo, un tribunal determinó que debe suspenderse el aviso que flexibiliza la política de circulación vehicular en la Ciudad de México, debido a que “se trata de una política ambiental regresiva a las normas internacionales que rigen en esta materia”. De igual modo días antes, un juez de distrito en materia administrativa concedió una suspensión provisional a un grupo de personas que buscan dar marcha atrás al nuevo programa de verificación vehicular emitido por la Secretaría del Medio Ambiente y el Gobierno de la Ciudad de México.

Ambas resoluciones coinciden en que de no encontrar otras alternativas al programa de verificación “se afectarían de manera grave e irreparable derechos humanos fundamentales, tales como a la salud y a un ambiente sano”, esto debido a los altos índices de contaminación que pueden registrarse, con la decisión de flexibilizar la verificación vehicular.

Lo anterior da a conocer de forma notoria la falta de preparación que tiene este gobierno en materia ambiental, a pesar de contar con una jefa de gobierno experta en el tema, al menos en el papel, sus decisiones, hoy no han sido las mejores, y esto puede acarrear daños en la salud de los habitantes de la capital, además de retroceder en los pocos avances obtenidos desde 1990.

Para poner los puntos sobre las íes, el Gobierno de la CDMX, mostro lentitud digna de un longevo paquidermo, pues ante la crisis ambiental, la jefa de gobierno en su discurso repartió culpas a otras administraciones, olvidando que ella misma y correligionarios de su partido, ahora en gobierno, fueron y son desde hace 18 años los que llevan las riendas del gobierno en la capital del país y los encargados de diseñar las políticas públicas que previnieran no tenernos en las actuales condiciones, está por demás señalar que el discurso político en nada le ayudo a Sheinbaum, por el contrario la critica y las exigencias crecieron y le provocaron una crisis severa en su oficina, de la cual no ha podido reponerse.

Para una científica de la talla de Sheinbaum y experta en temas ambientales, no debería ser sorpresa que cada año, entre marzo y mayo, las condiciones climatológicas conforman situaciones difíciles para la CDMX, las estadísticas lo marcan, en estas épocas no hay lluvias, no hay fuertes corrientes de aire, suben las temperaturas y por consecuencia no hay dispersores naturales de la polución, es decir en estas épocas la contaminación de forma habitual sube, y sí, ya, ya se sabía, y poco o nada hizo el ejecutivo local para prevenir esta situación y no hubo mas que aceptar que no se tenía elaborada una estrategia para al menos comenzar a contener esta situación, que según datos del “Análisis histórico de los beneficios en la salud asociados a la calidad del aire en la Ciudad de México entre 1990 y 2015”, publicado por la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, junto con la SEDEMA, SEDESA, el Instituto Nacional de Salud Pública, el Centro de Estudios Latinoamericanos David Rockefeller de Harvard (DRCLAS), y el centro de estudios Mario Molina, estima que para la Zona Metropolitana del Valle de México, las partículas PM2.5 son responsables de 3 mil muertes lo que hace más alarmante que desde 2015 se tuviera esta información y no se hubiera hecho nada para tener mecanismos de mitigación y respuesta ante una posible contingencia por esta partícula.

Se terminaron los discursos, los citadinos merecemos un plan rector en materia ambiental que involucre a todos los sectores para iniciar el rescate ambiental de nuestra Ciudad, sin embargo el ejecutivo local se encuentra lento, muy lento.