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De guía de turistas a trabajador de la construcción

De guía de turistas a trabajador de la construcción

  • Ante la falta de visitantes, don Guillermo trabaja en el remozamiento del centro de Xochimilco. • Gobierno da empleo temporal a prestadores de servicios turísticos. La pandemia por

  • Publishedenero 28, 2021

 

• Ante la falta de visitantes, don Guillermo trabaja en el remozamiento del centro de Xochimilco.

• Gobierno da empleo temporal a prestadores de servicios turísticos.

La pandemia por COVID-19, trastocó todas las actividades, incluidas las económicas y turísticas. Ante la falta de visitantes en los embarcaderos de Xochimilco, el gobierno local encabezado por José Carlos Acosta Ruíz, buscó una alternativa para apoyar a quienes se dedicaban a este oficio y fue así como Guillermo Juárez Sandoval, presidente del Embarcadero Belém, se unió a las cuadrillas de trabajadores que participan en el proyecto de remozamiento del primer cuadro.

A sus 45 años de edad, Don “Memo”, como es conocido en el barrio, dejó su antiguo trabajo como guía turístico para convertirse en obrero. “La Alcaldía sacó una convocatoria de trabajo temporal para los prestadores. Vi la oportunidad y decidí tomarla. Al principio fue pesado, porque el trabajo de la construcción requiere mucha fuerza y buena condición, pero poco a poco fui tomándole más gusto.

Es satisfactorio ser parte de este gran proyecto que beneficiará a toda la comunidad y sobre todo dará una imagen renovada a nuestros visitantes cuando vengan a Xochimilco” dice con orgullo mientras toma su pala para remover escombro.

Memo junto con un centenar de prestadores de servicios turísticos de diversos embarcaderos participa en lo que será el Corredor biocultural Francisco I. Madero, que cruza por inmuebles de valor histórico como la capilla de El Rosario, los mercados tradicionales 44 y 377, hasta llegar a la capilla de Santa Crucita en donde existe un pocito a cuya agua se le atribuyen propiedades milagrosas, según la creencia popular.

Él junto con sus compañeros, cuyas edades oscilan entre los 22 y 60 años, trabajan en tres turnos, para darle celeridad a los trabajos y poder concluir esta obra que por primera vez se realiza en esta vía.

“Extrañamos nuestros embarcaderos. Se extraña todo el movimiento, la música de los mariachis y los norteños, los paseos en trajinera, los visitantes que vienen de todos los rincones del mundo y todo aquello que da vida a nuestros embarcaderos, pero estamos contentos de ser parte de esta obra que dejará huella y que cuando termine la pandemia, recibirá a los turistas con un nuevo rostro”.