En poco tiempo el CJNG se afianzó en la CDMX
Por: Enrique Serna CDMX.- No es nuevo que la administración actual responsabilice a la anterior sobre el estado de seguridad que guarda la Ciudad de México. Durante el gobierno anterior,
Por: Enrique Serna
CDMX.- No es nuevo que la administración actual responsabilice a la anterior sobre el estado de seguridad que guarda la Ciudad de México. Durante el gobierno anterior, pese a todas pruebas, se negó rotundamente la presencia del crimen organizado y en específico, se ocultaban las redes de distribución de droga que naturalmente tomaron fuerza.
Aunque de eso no hay duda, también es cierto que las estrategias implementadas por la actual mandataria no han dado los resultados que muchos de los capitalinos esperaban, pero mucho menos los funcionarios asignados por ella. Aunque sea un problema creado por uno, la otra asumió la responsabilidad de resolverlo, porque además ya conocía de la problemática, como el resto de los capitalinos.
Cómo se ha acreditado en diferentes medios; desde noviembre del año pasado, cuando se identificaron sendas células del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc, la presencia de ese grupo delictivo en la capital se ha fortalecido al grado de sentirse con la libertad de atentar contra el titular de la policía local, y aunque fallaron, su actitud empoderada se muestra en posteriores amenazas al funcionario en video o manta.
Tras casi diez meses, a julio de este año, el grupo tiene ya una presencia importante en por lo menos seis demarcaciones, según refieren las propias corporaciones locales.
El análisis que realizó en noviembre de 2019 la entonces Procuraduría General de Justicia de la Ciudad (PGJ-CDMX) y la Policía de Investigación (PDI), en el que se identificaron las principales zonas de operación de grupos delictivos, se destaca que, por ejemplo, La Unión Tepito tenía fuerte presencia en las alcaldías de Cuauhtémoc, Iztapalapa, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza, donde se dedicaba al narcomenudeo, la extorsión, el secuestro, la invasión de predios y la trata.
Cuando se argumenta que el atentado y las amenazas son producto del trabajo de la policía, es cierto, pero no por un combate frontal contra el CJNG, sino por los espacios que dejaron otros grupos delictivos capitalinos al ser desarticulados por la autoridad.
Según reportes oficiales, se han identificado nuevas células en Benito Juárez, Cuajimalpa, Iztapalapa y Miguel Hidalgo; además de otras en Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, Tlalpan, Xochimilco, Milpa Alta y Tláhuac, que reforzaron su poderío.
A la vista de expertos en seguridad, las corporaciones policiacas no poseen la inteligencia ni la estrategia para combatir al crimen organizado, además de que hace falta coordinación con autoridades federales que aporten esos elementos y con los que se procure la presencia policial en los sitios más conflictivos y alejados, principalmente, un reforzamiento de las zonas limítrofes de la entidad.
De tal suerte, la problemática no requiere de echar culpas ni de ocultar la realidad y hacer creer que todo va bien, pues aunque las cifras oficiales apunten a la baja en algunos delitos, debido a la pandemia, otros siguen a la alza.