Fri, Apr 19, 2024
Close
Juegos Olímpicos, al borde de su extinción

Juegos Olímpicos, al borde de su extinción

Ciudad de México a 16 de Febrero (AMPRYT/CÍRCULO DIGITAL).-¿Se imaginan el fin de la era de los Juegos Olímpicos? Pues la idea no suena descabellada. El romanticismo de hospedar uno

  • Publishedfebrero 16, 2018

Ciudad de México a 16 de Febrero (AMPRYT/CÍRCULO DIGITAL).-¿Se imaginan el fin de la era de los Juegos Olímpicos? Pues la idea no suena descabellada. El romanticismo de hospedar uno de los eventos deportivos más importantes del mundo no siempre comulga con los esfuerzos económicos que un país y una ciudad pueden hacer para lograrlo y cada vez son menos los candidatos que quieren competir por ser sede.

“Los Olímpicos están llegando a su final y no me sorprendería que en 10 años no tendremos más. Se ha vuelto muy costosa la manera en que se gana el derecho de la sede. Los países deben garantizar el dinero que estén dispuestos a gastar. Tener un evento grande como unos Juegos Olímpicos, un Mundial, tiende a no beneficiar a la sede, gastan mucho dinero que podría ser ocupado mejor en sus propias ciudades. Se construyen estadios, centro de medios, la villa olímpica y después se desilusionan porque no saben qué hacer con estas construcciones”, explica a El Economista el profesor de Economía, Allen Sanders de la Universidad de Chicago.

Antes, las ciudades podían competir dos o tres veces para ganar la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno o de Verano. Ahora, el COI tiene que cabildear con algunas ciudades para proponerles hospedar el evento, porque cada vez son menos las que levantan la mano. Por ejemplo, Pyeongchang, donde ahora se disputan los de Invierno, buscaba alojarlos en el 2010 y 2014 hasta que lo consiguió. Y Madrid, España, compitió para recibir los Juegos de verano en el 2012, 2016 y en el último intento en el 2020, no ganaron.

Desde el 2006 el número de candidatos para la justa invernal se ha reducido. Los pretendientes van de dos a tres países, comparado con 1998, cuando hasta cinco ciudades le compitieron a Nagano (Japón).

Lo mismo ocurre con los Juegos de Verano: para el 2024 el COI tenía sobre la mesa las propuestas de París, Los Ángeles, Budapest y Roma. A meses de la elección que se dio en septiembre del año pasado, la capital italiana abandonó la contienda y a semanas de realizarse la votación fue Budapest quien desistió. ¿El motivo? Las constantes protestas sociales por los altos costos de tener el evento.

Entonces el COI decidió que lo mejor era dar las próximas dos sedes para asegurarse el futuro cercano.

“Hoy es un gran día para el movimiento olímpico y para estas dos grandes ciudades olímpicas. Tenemos las bases para construir una situación ganadora para las tres partes (el COI y las dos candidatas)”, dijo Thomas Bach, presidente del organismo. Así nacieron París 2024 y Los Ángeles 2028.

“Los Juegos Olímpicos deben ser un bien público local y satisfacer la necesidad de grandes segmentos de la población que organiza el evento gracias a su capacidad de producción. El evento también debe surgir de un marco específico de relaciones e instituciones y no puede celebrarse en ausencia de ingredientes históricos que los vinculen a nivel local. Los Juegos son una fuente de identidad y como tal, deben significar una señal del éxito de su base territorial en la competencia económica”, explican a El Economista Pasquale Lucio Scandizzo, profesor de Política Económica de la Universidad de Roma, y Maria Rita Pierleoni, especialista en economía en la presidencia del Consejo de Ministros italiano y del departamento de planeación económica.

Pyeongchang no fue tan caro como Sochi 2014 (los Juegos Olímpicos más costosos en la historia, con 51,000 millones de dólares), pero con los 12,900 millones invertidos, no pudo mantenerse al margen de su propuesta original, que iba de 3,500 a 9,500 millones. Además, la factura se extiende después de los Juegos, cuando los contribuyentes cubren los gastos excesivos.

“Corea del Sur utiliza este tipo de grandes eventos internacionales para poner la ciudad en el mapa, promoverse como un país con una cultura científica, con institutos en investigación tecnológica y sus avances en el área de desarrollo de inteligencia artificial. Le conviene mostrar fortaleza”, señaló a este diario Annika A. Culver, profesora de Historia del Este Asiático en la Universidad del estado de Florida (FSU).

La logística del presupuesto para Pyeongchang tampoco se ajustó a lo que en principio dijo que necesitaría. Costó más de lo que se planeaba cuando en el 2011 el Comité Olímpico de Corea del Sur recibió la noticia de que sería la sede del evento este 2018. A la construcción de los estadios y villa olímpica se sumó más infraestructura en la ciudad como hospedaje, nuevos caminos para llegar al lugar y vías de transporte.

El diario The Korean Times expone que alrededor de 13,000 millones se han gastado en la construcción de estadios masivos, carreteras y otra infraestructura necesaria para acomodar los Juegos. El estadio principal, que sólo se usará durante la ceremonias de apertura y clausurs, costó 109 millones.

“Ocurre lo mismo que en las construcciones de Estados Unidos. Al pasar el tiempo, el proyecto de desarrollo a gran escala siempre toma más tiempo y más dinero por la mala planeación logística. Se necesita más de la estrategia de los políticos locales, para que las infraestructuras atraigan dinero al área”, agrega la profesora Annika A. Culver.

Corea del Sur atravesó por un escándalo de corrupción el año pasado. La expresidenta Park Geun-hye fue destituido de su cargo y arrestado, pero de acuerdo con las encuestas locales, eso no afectó en la confianza de los habitantes hacia los Juegos. Un sondeo de la agencia surcoreana Yonhap señaló que 63.8% de la población creía que el evento sería un éxito, mientras que 35.1%, dijo que estaban sólo interesados. El Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo realizó por su parte una encuesta, en la que 62,9% respondió que los Olímpicos tendrían éxito y 14.2 % los miró con pesimismo.

“Los estudios en torno a los Olímpicos tienden a exagerar las ganancias y subestiman las pérdidas. Además, la mayoría de los estudios previos y después del evento tienden a ser poco concluyentes. Pyeongchang parece haberse planificado bien con un gran programa de inversión que podría contribuir, en primer lugar, a generar oportunidades de trabajo”, acotan los economistas italianos Pasquale Lucio y Maria Rita Pierleoni,

Para saberlo, habrá que esperar que estos Juegos no cobren la factura a la población años después de haberse realizado como sí ocurrió en Grecia por Atenas 2004 y ver si las instalaciones deportivas no se vuelven elefantes blancos como reportó O’Globo con Río 2016.

Robert Baade, profesor de Economía, Negocios y Finanzas de Lake Forest College en Illinois (invitado por el gobierno surcoreano a dar una ponencia relacionada con el movimiento olímpico de Seúl 1988 a la fecha), habló con El Economista sobre el largo periodo de tiempo que ha estudiado los Juegos Olímpicos. “Sabemos lo que el Comité Olímpico Internacional y los países necesitan hacer para tener Juegos más económicamente viables e inclusivos. Los beneficios económicos han sido apropiados por los patrocinios internacionales, el COI y grandes sectores de la economía de la nación. Esperemos que al final Corea del Sur haya tomado en cuenta alguna de las conclusiones que dimos para mejorar el impacto económico”, dijo

El COI admite en el documento “Agenda 2020” la necesidad de reducir los costos en las candidaturas y sedes. Se ha propuesto ayudar financieramente a las ciudades, ser menos exigente en las peticiones de infraestructura y reciclar instalaciones. “Buscamos hacer que los Juegos sean más asequibles”, dijo en diciembre pasado Thomas Bach.

A inicios de febrero, 118 medidas fueron publicadas con el objetivo de cortar al menos 1,000 millones de dólares los costos para realizar una cita olímpica en el verano y 500 millones menos para la edición invernal. Corea del Sur fue hogar de la justa olímpica veraniega de 1988 y del Mundial en conjunto Corea-Japón 2002. ¿Demostrará que aprendió de las pasadas experiencias?

Ser sede de los Olímpicos dejó de lado la visión romántica.

Con información de El Economista