Oposición perdió batalla de videos

Por: Enrique Serna
@esernamx

El estudio de la comunicación como disciplina coincidió con el encumbramiento de Adolfo Hitler. Los sociólogos de aquella época empezaron a interesarse en los efectos que provocaban las arengas del, a la postre genocida, en la comunidad alemana.

Entre otros diagnósticos se consideró que el éxito de los mensajes radicaba en hacer sentir a sus oyentes superiores frente a la otredad, cualidad que además otorgaba la facultad de acallar, suprimir y aniquilar al opuesto en nombre de un fin supremo y puro.

En los últimas días, además del Covid-19, que parece haber pasado a segundo o tercer término; la opinión pública de nuestro país se debate tras la aparición de un par de videos con los que presuntamente se comprueba la comisión del, ahora delito grave de corrupción. En uno se involucra a la derecha opositora y moralmente derrotada, mientras el segundo muestra al hermano del presidente como parte de un movimiento de recursos en favor de una campaña.

Llama la atención el tratamiento que se ha dado a los materiales. Al primero se le puso en la palestra oficial y de ahí se dio la orden de difundirlo de ser posible, hasta por señales de humo.

Del otro no se habló hasta que al verse apabullados, la derecha y los adversarios del presidente lo filtraron en un intento de hacer ver que el combate a corrupción es parcial, se castiga la corrupción de los otros mientras que la propia se tolera.

La referencia del principio viene a colación a propósito de la consecuencia que trajo la difusión de los audiovisuales.

Con el argumento del “espectáculo”, los opositores al régimen sostienen que el objetivo es debilitar a la oposición con miras a 2021, además de intentar desviar la atención ante la situación que guarda el país a causa del errático gobierno del tabasqueño, según han expuesto.

Legítima lucha contra la corrupción o estrategia político-electoral, lo cierto es que los resultados tendrán un efecto directo en los próximos comicios.

El otro video, donde se ve al hermano del presidente y al extitular de Protección Civil, quien fue operador político del exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco, no tuvo el efecto que los adversarios esperaban, al contrario, el mandatario pudo incluso verse fortalecido, al menos frente a sus seguidores más incondicionales.

López Obrador emite dos mensajes que frente a distintas miradas son inequíbocos. A sus seguidores no les queda la menor duda de la lucha frontal contra la corrupción, en tanto que para la oposición es claro que sólo es una cacería de brujas.

En esta lucha de acusaciones y explicaciones la derecha tiene la batalla perdida pues mientras se revelan los alcances de la corrupción en gobiernos pasados, que a nadie sorprenden, tienen poco margen de acción y una casi nula credibilidad. Hasta quienes no son afines a la 4T celebran las pesquisas.

Y con el argumento del fin supremo de la justicia, la democracia, el triunfo de las causas nobles y la consolidación de la cuarta transformación; se puede suprimir a quien opine distinto; sus acusaciones, argumentos y explicaciones, son menos que nada. Están moralmente derrotados.

Con esa óptica, es fácil aceptar que lo primero se trató de corrupción y lo segundo de aportaciones, fue fácil aniquilar la acusación con la simple explicación de las “patadas de ahogado”, con hacer una comparación de las cantidades negociadas y el fin que tendrían, uno noble y el otro no.

López Obrador dijo que su familiar y el exfuncionario deberían declarar y que se debería llegar al fondo del asunto; pero una vez que dio una eventual absolución en nombre del fin supremo de la democracia, cualquier señalamiento puede acallarse.

Para López Obrador la determinación es clara; a favor o en contra de la cuatro te, no hay medias posturas, quien está a favor debe hacer todo, defender con rabia los postulados Lopezobradoristas; quien opina distinto, está en contra, es corrupto, quiere que regresa el régimen corrupto; y en aras de un fin supremo debe eliminarse.

Ya David León anunció que voluntariamente se pondrá a disposición, pero cuál autoridad va a ser la que acredite corrupción del hermano del presidente y del político con el riesgo de ser marcado con el pesadísimo estigmatizado de ser contrario a la 4T y desear el regreso de la mafia del poder.

Lo que pudo ser un buen golpe terminará por ser quizá otro anillo al dedo; con los videos, el presidente vio la manera de acarrear más agua a sus molinos y dar otro revés a la oposición.