Por NOTICIASCD.MX
Ciudad de México, 19 de agosto de 2025.- El partido de los discursos bonitos y las alianzas oportunistas, Movimiento Ciudadano, realizó su Asamblea Plenaria en la CDMX como si se tratara de una fuerza transformadora, cuando en realidad no es más que una plataforma camaleónica, ansiosa por colarse en cualquier resquicio de poder disponible.
Rodeados de reflectores, pero vacíos de propuestas concretas, personajes como Salomón Chertorivski, Royfid Torres y Alejandro Piña intentaron vender humo envuelto en discursos de “reconstrucción” y “unidad”.
Salomón Chertorivski, eterno candidato fallido y reciclado de gobiernos anteriores, se atrevió a decir que “la ciudad está abandonada”, como si su paso por la administración pública no formara parte del mismo sistema que ahora critica. Su repentino entusiasmo por la infraestructura recuerda más a una estrategia de posicionamiento que a un compromiso genuino. Habla de líneas de metro como si gobernara Jalisco o Nuevo León, ignorando por completo las realidades específicas de la CDMX.
Por su parte, Royfid Torres, con la arrogancia de quien se cree protagonista de algo grande, afirmó que Movimiento Ciudadano “marca la agenda” del gobierno. Una afirmación tan despegada de la realidad como su propio papel en el Congreso local, donde MC ha brillado más por sus ausencias y contradicciones que por propuestas transformadoras.
Y Alejandro Piña, cuyo liderazgo al frente del partido en la capital parece sustentarse más en marketing político que en logros reales, se autoproclama “segunda fuerza política”. Un delirio sin sustento electoral ni territorial. MC habla de pluralidad, pero no tiene empacho en hacer alianzas con quien sea si eso significa ganar un escaño más.
Movimiento Ciudadano vende promesas de futuro con el envoltorio de lo nuevo, pero está hecho con las piezas rotas del pasado. Su plenaria fue menos una construcción de alternativas y más un desfile de ambiciones personales, frases huecas y oportunismo electoral.