¡Balón Cuadrado!

“Pumas parásitos”

 

Por Stephen Crane

 

 

 

Parecería impensable:

Pumas es, desde 1977, el equipo más oscuro de la mafiosa sombra entre los 18 equipos que conforman la fantasmal Liga MX.

 

Enmascarado en un tenebroso “Patronato” -Club Universidad Nacional Asociación Civil- usufructúa un bien público para beneficio privado: unos 150 mil metros cuadrados del campus universitario. Y lo hace, sin pagar un centavo de renta -el estadio México 68, la Cancha Dos y La Cantera donde se encuentran las oficinas administrativas y fuerzas básicas, así como una tienda de artículos deportivos-.

 

Es una empresa multimillonaria que financiamos los mexicanos con el pago de impuestos, pero que ningún bien social aporta.

 

Club indigno del lema universitario, que creó José Vasconcelos:

 

‘Por mi raza hablará el espíritu’

 

Su leyenda debería ser:

 

‘Por la transa hablará mi espíritu’

 

Es una suerte de cartel del balompié que trafica con esclavos del balón; y, similar cómo hace la delincuencia organizada: cobra el derecho de piso a la Máxima Casa de Estudios.

 

O, parafraseando al célebre cómico Jesús Martínez “Palillo”: es un “pulpo chupeteador”, como ironizaba cuando se refería a políticos y empresarios que se aprovechaban de la ignorancia y miseria del pueblo pobre.

 

Y que pervive a la fecha.

 

Balón, también, como eficaz opio social:

 

“Los goles convertidos en la cancha son goles en contra de los dominados”, escribe el alemán Gerhard Vinnai, en su libro Futbol e Ideología, publicado en 1971 por editorial Siglo XXI.

 

Por eso de los 311 clubes afiliados a la Federación Mexicana de Futbol todos, en mayor o menor medida, reciben presupuestos desde los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal.

 

Es decir, unos 45.4 millones de personas que conforman la población económicamente activa –hasta marzo de 2019, antes de la pandemia de covid 19-, subvencionaban a los poderosos zares del balón aglutinados en la Federación Mexicana de Futbol que comandaba Yon de Luisa, según una investigación de Balón Cuadrado.

 

Y no son los zares del balón que practican el bonito juego de la multipropiedad -que prohíbe la FIFA-, los más tenebrosamente mafiosos del futbol nacional:

 

Jesús Martínez -Pachuca y León-; Alejandro Irarragorri -Santos Laguna y Atlas-; Ricardo Salinas Pliego -Mazatlán y Puebla; Jorge Hank Rhon -Tijuana y Dorados-, ni la dinastía Azcárraga que mantiene el feroz control de este deporte hace más de medio siglo-.

 

No, para nada.

 

Es, paradójicamente, el equipo representante del Alma Mater de una nación.

 

“Todos los rectores”, denuncia Mauricio Romero, reportero acucioso de investigación del noticiero Aristegui Noticias, así como su portal, desde Guillermo Soberón Acevedo hasta Enrique Graue Wiechers, junto a varios integrantes de las Juntas de Gobierno y los Patronatos y Consejos Universitarios como Javier Jiménez Espriú, Alfredo Adam Adam, Jorge Borja Navarrete o Bernardo Quintana Isaac, han fungido como funcionarios con poder de decisión, “a la vez que son o han sido asociados del club privado, preservando así el montaje -engaño- durante décadas”.

 

Y seguramente se extiende ahora hasta el actual, Leonardo Lomelí Vanegas.

 

Romero, es un novel reportero que ha tenido la virtud de bucear en las profundidades acorazada alcantarilla que representa el Club Universidad Nacional AC -cuyos miembros son una casta maldita que nadie osa tocar ni con el pétalo de una rosa-, hace más de una década, mediante agudos trabajos, ejemplo para el ejercicio periodístico de las nuevas generaciones.

 

También lo ha hecho con los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Tienen, los clubes felinos, esquemas similares de gangsteriles «negocios».

 

Un dato patético que lacera, indigna, petrifica a la comunidad universitaria y público, en general, por el dispendio de recursos que, insisto, salen de nuestros bolsillos:

 

Mientras que un académico de la UNAM gana entre 7 mil y 26 mil pesos mensuales, el sueldo que percibía el brasileño Dani Alves con el Pumas era de seis millones 156 mil pesos por mes (300 mil euros, tomando el cambio a 20.52 pesos por euro).

 

Y no los 30 mil euros (615 mil 600 pesos) mensuales que había declarado, informó en su momento el periódico El País de España. Unos 32 mil pesos por minuto jugado, en el Torneo Apertura 2022. En aquél momento, el jugador brasileño -antes de ser detenido por presunta violación y después liberado- tenía más títulos en sus alforjas que Lionel Messi: 43.

 

Relación laboral, Pumas-Dani Alves, exhibió la poca ética con que se manejan los clubes profesionales de futbol en México y que practican otro bonito deporte, para eludir impuestos: dobles contratos.

 

Así ha sido desde tiempos inmemoriales: medio siglo.

 

La polémica entre Pumas UNAM y Alves ahora es debido a la indemnización que debe pagar el futbolista tras el fallo a favor Pumas otorgado por el TAS. Sólo será de 159 mil dólares cuando los universitarios pedían 6.1 millones.

 

Luego de la orden judicial emitida en Barcelona en contra de Dani Alves, el club del Pedregal optó por rescindir el contrato que los vinculaba inmediatamente, haciendo válida la cláusula de “escandalo público” que se había estipulado a la llegada del brasileño al club.

 

Luego de que se diera el fallo del TAS, los Pumas pedían 6.1 millones de dólares, 5 millones por penalización y 1.1 por derechos de imagen, lo que la FIFA terminó por rechazar, gracias a los argumentos de Alves. Su defensa insistió en que la FIFA no tenía jurisdicción sobre los derechos de imagen y el club no había sufrido pérdidas; su salario fue cancelado inmediatamente.

 

El jugador brasileño, que brilló con el Barcelona, era un petardo con Pumas. Llegó al balompié nacional en el ocaso de su carrera. Tenía 39 años de edad. De lo poco que jugó, sólo mostró destellos de crack. Ya no tenía piernas para rendir los 90 minutos.

 

En 2017, el diario El Economista publicó que los “gloriosos” Pumas -como son llamados en Televisa- habían generado ingresos por unos cuatro mil 500 millones de pesos, durante una década, desde 2007.

 

La UNAM no ve un centavo de esos recursos. Y es sólo la cifra de casi 50 años, desde que en 1977 se privatizó el equipo.

 

Ni verá.

 

Al contrario.

 

De acuerdo con la página Investigación Opinión Comunidad De Medios Cultura Somos FrojiMX, en diez años, entre 2012 y 2022, la UNAM destinó poco más de 655 millones de pesos en comprar boletos a los Pumas.

 

Con esos recursos públicos, comparó, la Máxima Casa de Estudios pudo incrementar el presupuesto de becas de cada año en la última década hasta en un 11% La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el “Club Universidad Nacional, AC” -mejor conocido como el equipo de futbol Pumas- “mantienen una relación desigual de cientos de millones de pesos”.

 

En 1977, el entonces rector -ya fallecido-, Guillermo Soberón Acevedo, entregó, en charola de plata, el club a al eufemístico «Patronato» –Club Universidad Nacional A.C.– encabezado por ex alumnos de esa casa de estudios –miembros de la Facultad de Ingeniería, en particular–, con un pretexto baladí:

 

O pagaba estratosféricos salarios a los jugadores –cerca de 20 mil pesos mensuales: Ernesto Cervantes, Leo Cúellar, Jorge Vergara, José Luis López, Genaro Bermúdez y Jorge Marcin, Manuel Manzo, Jesús Ramírez, Evanivaldo Castro «Cabinho», Arturo Vazquez Ayala y Héctor Sanabria, entre otros – o adquirían microscopios para la investigación científica.

 

De acuerdo con la Inteligencia artificial, el «Patronato» de Pumas es la entidad encargada de la administración deportiva y financiera del club. Está integrado por un grupo de miembros universitarios, empresarios y otras personalidades -incluidos no ex alumnos de la UNAM, algunos de ellos vinculados a Televisa -, aunque los nombres específicos no se hacen públicos regularmente para «proteger» la asociación privada.

 

La membresía, de casi 800 integrantes, es exclusiva, requiere una invitación y está sujeta a la aprobación de la Asamblea de Socios, con el rector de la UNAM fungiendo como presidente honorario.

 

Es una innombrable hermandad mafiosa.

 

Y resulta curioso que sepamos quiénes son, con nombres y apellidos, los capos de los carteles de la droga en México. Mas no los intregrantes del «Patronato».

 

De acuerdo con Mauricio Romero:

 

Pumas utiliza gratis el Estadio Olímpico, cuyos servicios corren por cuenta de las arcas universitarias; la AC pervive porque explota e incluso subarrienda los símbolos de la UNAM; hectáreas de terrenos están cedidas, gratuitamente también, para sus oficinas e instalaciones de entrenamientos y partidos de sus conjuntos alternos; cada año recibe millones de pesos disfrazados bajo el concepto de compra de boletos: en la última década -hasta principios del 2020- la cifra rebasó los 500 millones…

 

Y la totalidad de ingresos por taquilla, derechos de transmisión, licencias para ventas dentro del estadio y de productos con las marcas universitarias, publicidad, especulación y traspasos de jugadores, más cualquier remanente comercial se queda en las cuentas bancarias del club: “ningún centavo retorna a la Universidad.”

 

Otro dato curioso que ya no indigna, pero que mueve a risa delirante:

 

La UNAM tiene que pagar renta por el uso del tablero electrónico que instaló Pumas, en lo alto del Estadio de CU, cuando organiza algún evento deportivo.

 

A finales de enero de 2022, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) ordenó a la UNAM esclarecer el gasto que destina al Club Universidad Nacional A.C.

 

Pumas es una asociación de carácter privado, por lo que la UNAM se excusó bajo ese argumento para no proporcionar información en relación a los gastos que reciben de la Máxima Casa de Estudios.

 

Pero el INAI la instruyó para que esclarecieran los montos que han destinado a Pumas, información solicitada a través del portal de Transparencia y Acceso a la Información.

 

Aunque el Club Universidad A.C., es una asociación independiente a la Casa de Estudios, la UNAM sí puede, y debe, proporcionar datos sobre el dinero que le ha entregado al conjunto futbol de la Liga MX.

 

Los «gloriosos» Pumas: casi medio siglo de parasitismo en la UNAM.

 

Y lo que falta.

 

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