Hugo Alonso Ortiz incendia protesta: antepone liderazgo sindical sin legitimidad

Por NOTICIASCD.MX

CDMX, 14 diciembre 2025.- La quema de basura frente a las oficinas de la Dirección General de Administración de Personal y Desarrollo Administrativo del Gobierno de la Ciudad de México no fue un acto espontáneo: fue el reflejo de un liderazgo sindical agotado, cuestionado y cada vez más debilitado.

Detrás del caos registrado en Avenida Fray Servando Teresa de Mier 77, en la colonia Centro, aparece nuevamente el nombre de Hugo Alonso Ortiz, dirigente de la Sección 1 del Sindicato de Trabajadores de Limpia y Transporte, señalado por imponer su permanencia a cualquier costo.

Trabajadores de Limpia arrojaron toneladas de desechos y les prendieron fuego en plena vía pública, generando gases tóxicos que afectaron a empleados que laboraban dentro de las oficinas de Capital Humano. El hecho derivó en una investigación por daños y perjuicios, además de posibles responsabilidades penales, ante un acto que rebasó por completo los límites de la protesta social.

La movilización se da en medio del fracaso de Ortiz para condicionar los acuerdos reales en favor de sus agremiados a cambio de su permanencia en el Sindicado de Limpia. Lejos de ofrecer soluciones, el dirigente optó por la presión violenta, en un intento desesperado por conservar un poder que ejerce desde hace más de 15 años y cuya legitimidad hoy está seriamente en duda.

Pese a que el Gobierno de la Ciudad de México basificó este año a más de 14 mil trabajadores, Ortiz enfrenta crecientes cuestionamientos legales. El Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCA) resolvió que ninguno de los firmantes de la asamblea sindical que lo respalda acreditó personalidad jurídica ni legitimación para actuar como comisión de trabajadores activos, dejando en entredicho su supuesta representación.

Testigos de los hechos señalaron que la quema de basura y el bloqueo de camiones no sólo puso en riesgo la salud de servidores públicos, sino que evidenció la ambición personal de un dirigente que, acorralado por las resoluciones judiciales y los reclamos internos, recurre al chantaje y la confrontación para obtener beneficios que, hasta ahora, no ha cumplido con su base trabajadora.

Autoridades capitalinas fueron tajantes: no habrá impunidad. La violencia, recalcaron, no es ni será una vía legítima para la lucha sindical. Mientras avanzan las investigaciones, crece el rechazo entre los propios trabajadores de Limpia, quienes demandan una representación auténtica y el fin de un liderazgo que, lejos de defender derechos, hoy los expone y los utiliza como escudo.