¡Los Ojos de la Capital!

“Bicicletas, Megáfonos y Diputados Fantasmas”

Por HHR

CDMX 13 agosto 2025.- Ahí te va el dato curioso de la semana: resulta que el mitote en la puerta del Congreso no lo armó cualquier hijo de vecino, no señor.

El que traía el megáfono, movía a los pocos manifestantes y alzaba la voz (aunque más parecía que buscaba likes que justicia), era nada más y nada menos que un influencer que aparece en redes como “RuAbogado” —sí, el mismo que ha salido en videítos con Sandra Cuevas, la exalcaldesa más mediática que ahora quiere ser jefa de Gobierno.

Este amigo, con sus 3.5 millones de seguidores (según él), se apareció como estrella de TikTok: peinadito, con su selfie-stick emocional y listo para “defender al pueblo”… o al menos para grabar contenido. Fue el primero en hacerse la víctima: que si lo empujaron, que si lo miraron feo, que si los de resguardo del Congreso lo agredieron. La clásica: “no me toquen que estoy grabando”.

Pero nada de eso pasó. Pura faramalla. Nadie lo tocó, aunque ganas no faltaron. Mientras tanto, los diputados —esos fantasmas de sueldo dorado— seguían ausentes como siempre. Nadie daba la cara. Tuvieron que aparecer, Xóchitl Bravo y Brenda Ruiz para calmar las aguas y decir: “vamos a dialogar”.

¿Y de qué iba la protesta? Pues de bicis que no son bicis, pero juran que sí lo son. Estos chavos —muchos de ellos repartidores que se parten el lomo todos los días en el Centro— andan en unidades que corren a 50 km/h, pero alegan que deben seguir siendo tratadas como bicicletas y que, por lo tanto, no deben emplacarse. ¿Qué clase de bicicleta vuela por Reforma como moto sin casco?

Dicen que son “bicis con motor”, pero más bien parecen motos disfrazadas. Y, sí, entiendo: para muchos, es su herramienta de trabajo, su ingreso diario. Pero no puedes exigir derechos sin aceptar responsabilidades. Si tu unidad parece motocicleta, corre como motocicleta y se mete entre los coches como motocicleta… tal vez, sólo tal vez, deberías cumplir reglas de motocicleta.

Ahora, lo que realmente huele mal aquí no es sólo el argumento flojo de “yo reparto comida, déjenme ir sin placa”, sino la estrategia de traer a un influencer con tintes de activista de reality show para encabezar una protesta que necesita seriedad, no seguidores.

Y mientras el Congreso debate entre la siesta y el café, el  influencer se embolsa vistas, la diputada Bravo manda comisiones como quien lanza papelitos al viento, y Sandra Cuevas sigue influyendo desde las sombras como tía incómoda en la fiesta: no está invitada, pero todos saben que anda por ahí.

¿La ley de micromovilidad? Va pa’l viernes. ¿Los diputados? Bien, gracias. ¿Los ciudadanos? Viéndolos pelear entre sí mientras los verdaderos responsables se esconden tras comisiones, selfies y discursos huecos.

A fin de cuentas, esto no fue protesta… fue performance.