Por HHR
“Del canal fantasma al canal resucitado: ¿será Comunicación Social quien lo salve?”
CDMX, 18 agosto 2025.- Imagínate un canal público que, más que difundir la voz de los legisladores, parece empeñado en desaparecer discretamente entre falta de presupuesto, cámaras inservibles y nóminas sin pagar. ¡Qué manera de practicar la austeridad legislativa!
1. El reyno de Rocha: destapes y denuncias
Cuando el finado, Ricardo Rocha llegó al Canal, no se quedó en la superficie: denunció que Morena fingió el vencimiento de contratos y hasta falsificó su firma para desalojar el espacio que el canal ocupaba como comodato. Más aún, acusó un presunto desvío de un millón de pesos a favor de Radio Educación, orquestado por órdenes de Valentina Batres.
La respuesta no tardó: difundió que los sueldos de más de cien trabajadores estaban retenidos y que al canal le aplicaron un recorte presupuestal de hasta 80% en 2019. Un show digno de media docena de telenovelas.
2. El apagón de Candia: entre sombras y repeticiones
Con la salida de Rocha en 2019, Roberto Candia tomó las riendas… y lo primero que hizo el “canal” fue apagarse. De octubre a diciembre de ese año sólo retransmitió sesiones, sin producir ni una cápsula, una nota, ¡nada! Un brutal 80% de incumplimiento grave.
Morena se puso la máscara de escasez: falta de recursos, descoordinación interna y… falta de talento administrativo, según fuentes internas. Pero lo cierto es que ese canal dejó de emitir innovación para convertirse en eco de un espejo legislativo aburrido.
3. El imperio Saturno
Entra Diego Saturno García, quien comenzó a desenredar el soterrado desastre técnico: cámaras muertas, equipo obsoleto, señal caída, web inexistente, redes sociales huérfanas y personal sin contrato ni pago desde junio.
En 2023, el canal tenía casi dos mil millones para su presupuesto general, pero solo “llegó” 20% de los recursos destinados al Canal; la plantilla estaba en vilo entre renovaciones, despidos o reducción salarial. Incluso, ante protestas laborales, se acusaron despidos injustificados y, en respuesta, los trabajadores exigieron la renuncia de Saturno.
4. Aviadores, fantasmas y contratos inexistentes
Desde la primera Legislatura (octubre 2018), el canal enfrentó su híper realidad: apenas 11 trabajadores, todos “prestando servicios”, sin pago ni contrato desde junio de 2020. Con ese personal, el canal siguió transmitiendo para no perder la concesión, sí, pero a costa del desgaste humano y técnico.
5. Renuncia de Diego Saturno: punto final o real comienzo
Hoy, con la salida de Diego Saturno García como titular, el Canal se tambalea otra vez. ¿Acabará esta renuncia con la crisis o le pondrá otro tinte tragicómico a la historia? Lo cierto: se cierra un capítulo, pero ¿quién recogerá los cables sueltos, ordenará el caos o le pondrá freno al desfalco de la señal?
Este canal público debería ser un faro de la transparencia legislativa; en lugar de eso ha brillado por su ausencia funcional, su crisis técnica, sus despidos, sus cortocircuitos administrativos, su presupuesto evaporado… y ahora, con otra renuncia que se esperaba hasta octubre, es decir, dejó la chamba tirada para irse con su “amigo del alma”, su protector, José Luis Rodríguez, el conocido “Puma”.
Porque si hay algo que sabe hacer bien este canal, es demostrar que la comunicación pública no es transmitir, sino sobrevivir.
Ahora, la papa caliente la tiene en sus manos Comunicación Social, pues se espera todo un proceso legal para fusionar el Canal a esa área, quien deberá fajarse los pantalones y sacar la señal adelante.