Xochimilco sin rumbo bajo el gobierno de Circe Camacho

– Inseguridad, abandono ciudadano, crisis ambiental y nepotismo marcan su corta gestión

 

Por NOTICIASCD.MX

Xochimilco, CDMX – Septiembre 2025

A menos de un año de haber asumido la alcaldía de Xochimilco, la administración de Circe Camacho ha acumulado una serie de señalamientos por ineficiencia, prácticas cuestionables y abandono de sus principales obligaciones. Prometió un gobierno cercano a la gente y con justicia social, pero hoy enfrenta una creciente desaprobación ciudadana, una crisis ambiental sin atender y un entorno de inseguridad que empeora mes con mes.

 

Suben delitos y cae la confianza

La percepción de inseguridad en Xochimilco pasó del 69.4 % en marzo al 77.3 % en junio de 2025, de acuerdo con datos del INEGI, lo que representa el mayor incremento entre todas las alcaldías de la Ciudad de México en ese periodo. Robos a casa habitación, extorsiones y violencia familiar son los delitos más recurrentes, mientras vecinos reportan patrullajes escasos y escasa atención a las denuncias.

Pese a las cifras alarmantes, la alcaldesa ha minimizado la situación y responsabiliza a administraciones anteriores, sin presentar una estrategia clara de contención del crimen.

 

Ciudadanía ignorada

La gestión de Camacho ha sido señalada por el abandono sistemático de las demandas ciudadanas más básicas. Reportes oficiales indican que más del 50 % de las fugas de agua registradas en la plataforma 072 no han sido atendidas.

En temas de bacheo, el 98 % de las solicitudes siguen abiertas. El alumbrado público también muestra rezago: 97 % de los reportes de fallas permanecen sin solución, según cifras recientes del portal de transparencia del Gobierno de la Ciudad.

Estos rezagos no solo afectan la calidad de vida de los habitantes, también contribuyen al aumento de los delitos en la vía pública, particularmente en colonias con mayor marginación.

 

Nepotismo sin disimulo

Uno de los mayores escándalos que sacuden su administración es el presunto nepotismo en el nombramiento de funcionarios.

Camacho designó a Suani Villar Camacho —presunta familiar— en un cargo de alto nivel, sin que esta aparezca registrada en el padrón de profesionistas. También ha colocado a Carlo Antonio y José Alejandro Camacho Galindo, identificados como sus hermanos, en puestos estratégicos dentro del gobierno local.

Estas decisiones han desatado críticas por la falta de profesionalismo y transparencia en los nombramientos, además de alimentar la percepción de que la alcaldía es manejada como un feudo familiar.

 

Crisis ambiental sin respuesta

Mientras tanto, los canales de Xochimilco —Patrimonio Cultural de la Humanidad— enfrentan una grave crisis ambiental. En julio, se reportó la mortandad masiva de peces en las aguas del embarcadero de Cuemanco, producto de la contaminación y la falta de tratamiento de aguas residuales. Más de 200 trabajadores del sector turístico y chinamperos se manifestaron para exigir acciones urgentes, sin obtener respuesta efectiva del gobierno local.

A esto se suma el descontrol del turismo irregular: guías ilegales operan con total impunidad, muchos de ellos presuntamente protegidos por operadores políticos cercanos a la alcaldesa.

 

Una gestión que decepciona

Con apenas nueve meses en el cargo, Circe Camacho ya figura entre las alcaldesas peor evaluadas de la Ciudad de México. Según encuestas de percepción, solo 37.2 % de los habitantes aprueban su gestión. La calificación sobre su estrategia de seguridad es aún más baja: apenas 3 de cada 10 ciudadanos la consideran efectiva.

 

La respuesta oficial: culpar al pasado

Ante las críticas, Camacho se ha deslindado asegurando que “no puede resolver problemas de 80 años atrás”. Esta postura ha sido mal recibida por la ciudadanía, que esperaba soluciones inmediatas a los problemas diarios de servicios, seguridad y gobernanza.

Mientras tanto, Xochimilco sigue a la deriva, y la esperanza de un gobierno transformador comienza a desvanecerse entre el lodo de los canales contaminados, el aumento del crimen y la sordera institucional.