¿Y la ley pa’ cuándo? Una tercera parte de la CDMX vive en el abandono habitacional

Por NOTICIASCD.MX 

Ciudad de México, 05 de agosto de 2025.- Mientras una tercera parte de los capitalinos sobrevive en unidades habitacionales deterioradas, apenas se empieza a discutir una nueva ley de régimen condominal que lleva años postergándose.

 

El Congreso de la Ciudad de México, a través de su Comisión de Unidades Habitacionales y Régimen Condominal, sostuvo una reunión con enlaces de las 16 alcaldías para presentar un diagnóstico preliminar y una propuesta de asignación presupuestal.

 

El diputado Omar Alejandro García Loria (PRI), presidente de dicha comisión, afirmó que se está haciendo un “gran esfuerzo” para consolidar la información necesaria con SEDUVI, alcaldías y ciudadanos.

 

Pero, más allá del discurso, lo cierto es que las unidades de interés social —que concentran a más del 30% de los habitantes de la ciudad— siguen enfrentando graves problemas estructurales: falta de mantenimiento, daños por sismos, y una administración confusa y poco efectiva.

 

La propuesta incluye destinar apenas el 3.3% del presupuesto de las alcaldías a la mejora de estas viviendas, una cifra que podría quedarse corta frente a la magnitud del abandono. Mientras tanto, siguen sin resolverse aspectos clave como la regulación de espacios comunes, la proliferación de comercios informales dentro de los conjuntos y el rezago en la protocolarización.

 

Pavel Israel Zugaide Pimentel, secretario técnico de la comisión, subrayó la urgencia de definir derechos, obligaciones y mecanismos de gobernanza claros. El plazo para validar padrones y emitir observaciones vence el 25 de agosto, y la iniciativa se presentará en septiembre. Pero la realidad sigue tocando la puerta de millones de ciudadanos que viven entre grietas, cuotas impagas y una ley que no llega.

 

¿Diagnóstico sin acción?

Las alcaldías alertaron sobre la falta de áreas específicas para atender el régimen condominal y demandaron datos más precisos sobre las condiciones y antigüedad de las viviendas. La pregunta persiste: ¿cuánto más se va a estudiar el problema antes de resolverlo?